Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de junio, 2025

Donde no regresan los nombres

M e amaste en la lengua de los suspiros, con palabras que no buscaban promesas, solo el instante puro, el temblor secreto de dos almas que se rozan en la penumbra. No dejaste huellas, pero yo aún sangro memorias. Tu voz, cálida, lejana es un eco que regresa cuando el mundo calla, cuando la noche es más poema que sombra. Te llevaste el fuego y me dejaste la ceniza, una ausencia que no hiere, pero arde. Y sin embargo te recuerdo con ternura, como se recuerda el perfume de un sueño al despertar. No intento que vuelvas, ni que leas estas palabras y regreses al punto exacto donde tu silencio comenzó. Solo escribo porque amarte fue una forma de conocerme, y perderte, una forma de escribir. Autor Ruby Cantos F. Imagen propia

Zapatos que no pedĂ­

S oñé con un paso incompleto, con un pie descalzo, y el otro calzado como si buscara lo que aĂşn no habĂ­a llegado. En la esquina de un dĂ­a cualquiera, apareciste sin rostro, pero con espalda firme y brazos que hablaban sin palabras, como si ya supieras lo que mi alma callaba. No dijiste mucho. Solo entraste a ese comisariato de sueños, y saliste con tres pares: uno para ti, uno para mĂ­, y otro tan pequeño como la esperanza que empieza. “PĂłntelos”, dijiste, y mi corazĂłn se ajustĂł como la suela nueva a mi paso incierto. No tuve que pedirlo, no tuve que explicar nada tĂş ya lo sabĂ­as todo. Y yo yo solo sonreĂ­, feliz de que, por una vez, alguien pensara en mĂ­ antes de que pudiera decir que lo necesitaba. Autor Ruby Cantos FarĂ­as Imagen propia

Aunque nunca fuiste raĂ­z

F ui quedándome, como la brisa en la ventana cerrada. Fui nombrándote  en voz baja para que no doliera tanto cuando no respondĂ­as. Y es que a veces el amor no pide permiso, sĂłlo se instala, aunque la casa estĂ© llena de fantasmas que no llevan tu nombre pero sĂ­ tu memoria. TĂş a ratos presente, a ratos tan lejos guardabas cosas que no eran mĂ­as en rincones donde yo intentaba florecer. Yo no pedĂ­a promesas, pero soñaba con un sĂ­. No por vanidad de anillos ni por vestidos blancos, sino por sentirme elegida cuando no habĂ­a nadie mirando. A veces encontraba en tus ojos una sombra que no era mĂ­a. Y entendĂ­, sin que me dijeras, que habĂ­a lugares de ti donde nunca fui invitada. Aun asĂ­, me quedĂ©, no por ti, sino por la fe antigua de quien ama y no sabe irse sin vaciar el alma primero. Y hoy, aunque me cueste, empiezo a soltar ese nosotros que nunca fue completo. Porque tĂş fuiste viento. Y yo tonta quise hacerte raĂ­z. Autor  Ruby Cantos FarĂ­as Imagen propia